Adrián Mateos: “En el póquer profesional, o mejoras o te comen”
Adrián Mateos recordará para siempre el año 2013 como aquél en el que se ganó su primer gran torneo profesional: Nada más y nada menos que el Main Event de las SWOPE.
Con apenas 20 años de edad, Adrián Mateos ya ha saboreado las mieles del triunfo. Su hazaña en el Main Event de las SWOPE le ha reportado unas ganancias de 1 millón de euros. Antes de eso, Mateos se movía por los salones de juego como ganador de un único título en el Estrellas Póquer Tour.
Alzarse con el máximo premio de las SWOPE no fue fácil. En el camino, tuvo que deshacerse de pesos pesados como Shannon Shorre, Ravis Raghavan o Dirk Nitsche y jugar la gran final frente al experimentado Fabrice Soulier ganador de las SWOPE y EPT y en teoría, bastante superior al español.
Tras su épica victoria, las felicitaciones no se hicieron esperar. Según declaró el propio Mateos, los tuits se multiplicaron y las redes sociales se llenaron de alabanzas reconociendo su hazaña.
El joven ganador reconoció que los mensajes de reconocimiento y felicitación por la victoria conseguida fueron “muy emocionantes”. Incluso los principales medios del país, siguieron con interés la noticia y ofrecieron reseñas del triunfo.
Aunque cuando ganó su título, Mateo era poco menos que un niño, su victoria no ha hecho mella en él como persona aunque sí como jugador. “Ahora, al jugar ya no te sientes tan preocupado si tienes una mala racha. Tener una buena cantidad en el banco hace que las pérdidas se lleven mejor. Te da otra tranquilidad”
Unos meses antes de obtener su brazalete, el joven se encontraba en pleno tour europeo, en el que como máximo trofeo, había conseguido hacerse con el Evento Principal del Estrellas Póquer.
Esa victoria le animo a presentares a tres de las Super High Rollers, en las que si bien no consiguió ninguna caja, si le sirvió para medirse con los mejores. El joven Adrián sabe bien que una de las partes fundamentales del juego es mejorar continuamente. En su caso, la mejoría ha sido ostensible desde su apoteósico gran triunfo. Según sus propias palabras, “en este juego, o comes o te comen”.
